HISTORIAS DE LA POLICÍA

THE POLICE
Hay canciones que nos hacen reir y otras que nos hacen poner nostálgicos...
Están las que nos hacen pensar, las que nos hacen recordar los momentos buenos y algunas veces los malos...
Están aquellas que critican lo malo para que emerja lo bueno, están las que juegan con espejos rotos y otras que se las lleva el viento...
Para todo hay una canción, incluso para aquello de lo que no podemos hablar. Curiosamente, esto último fué lo que sucedió con la canción Roxanne.
En su primer lanzamiento, este single, incluido en el primer álbum de The Police, Outlandos D'Amour (1978), no logro llamar la atención, y si lo hizo, fué por la censura.
¿Porqué no se podía escuchar Roxanne en las radios inglesas?
Según Sting, la canción habla de un joven que se enamora de una prostituta, a la que le pide que deje de ejercer su profesión.
La inspiración parece haberse hecho carne en las meretrices que trabajaban cerca del hotel donde se hospedaba la banda en Paris.
La primera idea que tuvo Sting, fué ponerle ritmo de bossa nova a la letra que habia hecho, pero luego de enseñarsela al baterista Stewart Copeland, ambos decidieron ponerle ritmo de tango.
Como este ritmo no era comercialmente viable, al final, decidieron que fuera un reggae.
Faltaba solo encontrarle un título a la canción. Pero, ¿cuál? Sting cuenta que lo tomó de una publicidad que había visto en el hall del hotel donde se alojaba.
La publicidad hacía mención a una obra teatral basada en la novela Cyrano de Bergerac de Edmond Rostang.
En ella aparecía uno de sus personajes: Roxanne, la mujer amada por Cyrano.
Sin embargo, estaba claro que ésta era otra Roxanne. Esta era una chica de la noche, cuyo nombre real jamás conoceremos.
Sólo supondremos, que eligió su nombre de guerra en homenaje a la novia de Cyrano de Bergerac y nada más.
Pese a las malas lenguas, Sting asegura que la canción empezó a gestarse mientras pasaba por el Barrio Rojo de París y veía a las prostitutas.
Su hotel quedaba cerca de allí, y lo que una vez fué una simple escapada nocturna, tal vez, se fué convirtiendo en hábito.
Imagino a Sting internandose por una calle apenas iluminada, entre el vocerío de un grupo de borrachos que celebran su desgracia a empujones.
La zona roja no queda lejos. Y allí aparece ella, mirándolo con la misma frialdad de siempre.
No es la primera, ni la segunda… ni la décima vez que la ve. De hecho, si está allí es por ella y bien merecida tiene la canción.
Así que podemos aceptar que fué allí (afuera o adentro), que le asaltó a Sting la duda de cómo podía ser enamorarse de una de ellas.
¿Podría el amor hacerle abandonar la prostitución?
El pedido desesperado del estribillo parece respondernos que no: "Roxanne,
no tienes que encender la luz roja. Roxanne, no tienes que encender la luz roja ..."
Para ir terminando, me queda una anécdota más. Las risas que se escuchan en la introducción se deben a que mientras grababan este tema, Sting se tropezó con un piano provocando esa tonalidad que se escucha (y que uso como referencia en el cover de bajo para empezar a tocar) y las carcajadas de sus amigos en el estudio.
Muy bien por la idea que tuvo el grupo de eternizar ese momento en el disco..
Por último, les recomiendo que vuelvan a escuchar el cover de Roxanne, así pueden prestar atención a estos nuevos elementos que he aportado.

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Me llamo Mario Alberto Taborda y soy el creador de este blog. Soy Bioquímico, especialista en Ensayos y Control de Métodos y Profesor Superior en Bioquímica. Vivo en Rosario (Argentina).