¡A LA GRAN PERRA!

Esta claro que me apasiona la música. Tal vez, sea el último vestigio de inocencia que me quede en la vida.
Por eso, cada vez que encuentro a gente que comparte ese mismo sentimiento, trato de acercarla de algún modo a mi vida.
Creo, que también está claro, que si escribo este blog es para mi y para ustedes. Pero seguramente querrán saber algo más, ¿cuándo empezó mi pasión por la música?
Sin duda, todos tenemos cierta predisposición natural hacia ella, pero no todos tenemos la suerte de desarrollarla hasta su máxima expresión. La mayoría de las veces, quedamos en el intento. Esto se debe a que tiene que haber una gran razón que nos mueva, una razón que le de sentido a nuestra búsqueda. En mi caso particular, esa razón tiene un nombre: "The Beatles"
Cuando los conocí, el grupo se estaba separando. De cualquier manera, ya había mucho material para escuchar.
Si bien, en un primer momento me conmovieron los dúos fantásticos de Lennon y McCartney, mi gusto se fue decantando poco a poco por el trabajo musical de Paul. Aún así, fueron necesarios algunos años para poder empezar a entender que Paul no era tan boludo y John no era tan absolutamente genial como pensaba en un principio.
Por otro lado, un fenómeno cultural como el que ellos generaron no podía ser tan simple como mi mente de adolescente podía captarlo. Esa historia tenía que ocultar necesariamente algo más.
Fue entonces que comencé a prestarle más atención a su música. En este punto, fue fundamental saber que Paul era el único capaz de afinar un instrumento en los inicios de la banda.
Este sencillo, pero fundamental hecho, le hizo asumir a Paul la gran reponsabilidad de "educar al soberano".
De esa manera, el sonido de los Beatles partió del conocimiento musical que tenía Paul, y eso no es poca cosa. No pretendo despreciar la labor del resto del grupo, pero es necesario reconocer lo méritos del amigo Paul en su justa medida.
¿Quién no ha escuchado temas como "Yesterday" o "The long and winding road" para dar cuenta de lo que digo?  
Sin embargo, tuve que escuchar el Album Blanco para convencerme que no estaba equivocado. A partir de ahí, los resultados saltaron a la vista.
Ahí estaba "Martha my dear", una hermosa canción inspirada en su perra pastor inglés.
Aunque partes de la letra apuntaban que había sido hecha para Jane Asher , con la que acababa de romper poco antes de la grabación del Album Blanco, la verdad es que la frase: "Hold your head up, you silly girl, look what you've done (Levanta la cabeza, niña tonta, mira lo que has hecho)", sí que parecía estar escrita para Martha, su perra.
Sea como fuere, todo empezó como un simple ejercicio de piano. Paul quería probar si era capaz de tocar rápido con ambas manos, para lo cual comenzó a practicar con M'appari' tutt' amor, de la ópera "Martha" de Friedrich Von Flotow (1812-1883). El resultado final fue: "Martha my dear"
La canción fué grabada en Octubre de 1968, pero sólo Paul McCartney, conocido por ser un multiinstrumentista, participó de la misma.
Es así, que en este tema Paul canta y toca guitarra eléctrica, bajo, piano, batería, percusión y palmas.
Escuchémoslo.



1 comentarios:

Mario Taborda dijo...

En verdad, The Beatles era un grupo formado por cinco integrantes. ¿Quién era el quinto?
¡Abre tus ojos a lo invisible!

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Me llamo Mario Alberto Taborda y soy el creador de este blog. Soy Bioquímico, especialista en Ensayos y Control de Métodos y Profesor Superior en Bioquímica. Vivo en Rosario (Argentina).