MOZART, ¿GENIO O IDIOTA?

Hace tiempo comencé a escribir este post, que venía retocando y profundizando con diferentes aportes surgidos en los últimos tiempos, y me pareció interesante volver al blog con algo corto y ligero de leer.
Comencemos entonces por mencionar que el tema que nos ocupa hoy tiene un gran impacto desde el punto de vista cognitivo y musical. Me refiero al síndrome de Williams, un trastorno genético, no hereditario, que produce un retraso en el desarrollo mental y a su vez un defecto coronario.
Pero la idea es abordar este tema desde su parte más vital: la música. Los pacientes afectados de este síndrome son de baja estatura y suelen tener aspecto de duende. Son personas muy sociables, alegres, sensibles y con una gran capacidad verbal y musical.
Estos rasgos hacen pensar que muchas leyendas relacionadas con duendes y otros seres mitológicos (hadas, gnomos, leprechaun y elfos), estén posiblemente relacionados con personas que padecieron este síndrome. 

Recordemos que muchos de estos seres míticos eran a menudo músicos y grandes narradores.
Por otro lado, muchos cuentos de hadas nos hablan de la rapidez con la que éstas aprendían las canciones y de la enorme seducción que producían sus melodías en los hombres. Cosas similares podrían decirse de las personas afectadas por este síndrome, pues son muy verborrágicos y sus capacidades musicales están fuera de lo normal, como lo demuestra el hecho que muchos de los pacientes con síndorme de Williams tengan un oído absoluto (el oído absoluto se refiere a la habilidad de reconocer las notas exactas de una melodía sin más ayuda que la memoria auditiva).
No sería descabellado pensar que, éste y otros defectos del desarrollo, hubieran inspirado infinidad de seres mitológicos, en realidad personas condenadas a vagar por los bosques sólo por ser diferentes.
Pero algunos investigadores van mucho más allá y juegan con la hipótesis que Mozart podría haber padecido este síndrome, pues era tan genial dentro del mundo de la música, como desastroso fuera de él.
La siguiente historia puede resultar reveladora, en lo referente a la memoria auditiva.                  
Corría el año 1770. Hacía aproximadamente 130 años que la partitura del Miserere de Allegri dormía en los archivos vaticanos y los fieles sólo podían escucharla una vez al año, más precisamente en Semana Santa. Como tantas otras veces, el Papa decidió que la pieza se ejecutara en la Capilla Sixtina de la Catedral de San Pedro en un nuevo Miércoles de Tinieblas. Terminada la ceremonia, el Papa se retiró y los fieles salieron a la calle. Uno de ellos, de profesión músico, que llevaba de la mano a su hijo de 14 años, se lamentó de no poder tener acceso a la partitura de una pieza tan sublime. El niño le dijo: "No te preocupes, padre", y esa misma noche, al llegar a su albergue, escribió de un tirón y casi sin errores la pieza completa.
Ese niño genial se llamaba Johann Wolfgang Amadeus Mozart.
Lamentablemente, se desconoce la localización de su tumba para poder confirmar o descartar la hipótesis mencionada anteriormente.
Pese a todo, el síndrome de Williams sigue despertando el interés no sólo de los músicos, sino también de los neurocientíficos, porque se espera de él que nos ayude a entender los mecanismos neurológicos subyacentes a nuestras capacidades cognitivas.            
De cierto modo, este síndrome pone patas arriba el concepto de inteligencia. ¿Porqué? Bueno, siempre hemos pensado que la inteligencia era una y que podía medirse con el cociente de inteligencia, pero las personas con síndrome de Williams muestran gran inteligencia en ciertas áreas, como el lenguaje, la música y las relaciones interpersonales, pero su cociente intelectual suele estar entre 50 y 70, lo suficientemente bajo como para calificarlo como retraso mental moderado. Sólo la posibilidad que Mozart haya padecido este síndrome debería hacernos reflexionar sobre el hecho que no todos somos poseedores de las mismas inteligencias y que cada una de ellas suele requerir diferentes tiempos y estrategias de apoyo para desarrollarlas plenamente.
Supongo que esta es otra tarea a emprender en la fascinante búsqueda de las funciones cognitivas de nuestro cerebro.
Aquí les dejo un video sobre el procesamiento musical en las personas con síndrome de Williams. Más, no se puede agregar.

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Me llamo Mario Alberto Taborda y soy el creador de este blog. Soy Bioquímico, especialista en Ensayos y Control de Métodos y Profesor Superior en Bioquímica. Vivo en Rosario (Argentina).