MÚSICA IRRACIONAL

Cada vez que atravieso la puerta que da a mi biblioteca, mi mente parece sumergirse en un mundo totalmente diferente al resto de mi casa.
La primer pregunta que me asalta es, ¿por dónde empezaré hoy?
La elección parece difícil, ¿cómo llegar a buen puerto en un mundo de
infinitas rutas? Así, un libro me lleva hacia otro hasta que, por algún motivo incómodo e inesperado, me siento arrojado violentamente contra mi cuerpo. Por lo menos, hoy pude terminar de leer “Universos Paralelos” de Max Tegmark de un sólo tirón y vaya que me hizo pensar.
El planteamiento de Max es muy original. Para los que no lo conocen, Max Tegmark es un cosmólogo que trabaja actualmente en el famoso
Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Max plantea un cambio profundo en la manera de concebir nuestro mundo. Por un lado, tenemos la visión aristotélica (la más aceptada actualmente) que nos dice que existe una realidad física y que las matemáticas son el lenguaje más adecuado para describirlas. Por otro lado, tenemos la visión neoplatónica de Max Tegmark, en la cual el universo no se describe con matemáticas, ¡es matemáticas! Casi que me la creo. Después de todo, las matemáticas tuvieron una influencia dramática en el descubrimiento de la antimateria, incluso en la música.
Así, la escala musical es el resultado de un largo proceso de aprendizaje matemático sobre las notas.
Veamos. Es un hecho bien conocido que al pulsar una cuerda de bajo se obtiene un sonido (una nota) que depende de la longitud de la misma.
¡Pero un momento, las cuatro cuerdas de un bajo tienen la misma longitud!, ¿porqué no suenan iguales? Bueno, en primer lugar, las cuerdas del bajo (y guitarra) tienen un núcleo hexagonal al cual se le envuelven cables de acero. Cuánto más gruesa sea una cuerda, más “larga” será su “longitud” y por tal motivo, sonará distinta. En segundo lugar, los trastes del mástil de un bajo amplían la gama de sonidos. ¿Cómo? El secreto está en presionar un traste para “acortar” la cuerda. Así, podemos obtener cuerdas cada vez más cortas (sin destruir la original) y distintos sonidos a medida que nos acercamos al puente. Ejemplifiquemos:
¿Pero que hay de las matemáticas? Qué todos los instrumentos están fabricados teniendo en cuenta ciertas proporciones matemáticas simples (escala musical), lo que asegura que obtengamos un sonido armónico.
Voy un poco más lejos. De acuerdo a lo que hemos visto hasta ahora, podríamos pensar que sólo los números racionales (aquellos que se pueden expresar como una fracción de dos enteros) parecerían tener musicalidad. 
Pero si las ideas de Max Tegmark fueran ciertas, debería existir un territorio aún no explorado por la música, el campo de los números irracionales (aquellos que no pueden expresarse por una fracción).
A primera vista parece imposible. Si nosotros (excluido Pitágoras, por supuesto) intentáramos encontrar la nota correspondiente a Pi, no podríamos hacerlo porque los números irracionales no pueden expresarse como una fracción. Sea como fuere, la música basada en números irracionales (tal vez, creada por otros seres del Cosmos) sonaría extraña y desafinada, por lo menos para los humanos.
Así que por ahora, me voy a tener que conformar con escuchar la canción de Pi. Jajaja

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Me llamo Mario Alberto Taborda y soy el creador de este blog. Soy Bioquímico, especialista en Ensayos y Control de Métodos y Profesor Superior en Bioquímica. Vivo en Rosario (Argentina).