LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS

Quien haya leído el Apocalipsis se habrá encontrado con innumerables símbolos, nombres y sucesos que nos parecían confusos a la hora de querer sacar alguna conclusión.
Pero no se preocupen, a los exégetas les llevó varios siglos de discusión saber si tenían que incluirlo en el Nuevo Testamento. Ni que hablar de sus posibles interpretaciones.
¡Como si no hubiera un Apocalipsis para cada uno de nosotros! ¿o es que tenemos que morirnos todos juntos? Además, ¿porqué debería suceder justo en este tiempo? Entonces, ¿porqué no ocuparnos más de la vida que de la muerte? Claro, todos no pensamos igual. ¡Cómo íbamos a imaginar que los Beatles podían ser los cuatro jinetes del Apocalipsis! ¿A quién de nosotros se le podía ocurrir?
No, no es una historia sencilla, de ningún modo. Es una historia real y, como tal, no se puede narrar como si fuera un simple flujo de sucesos lineal. Es como si bajáramos a un sótano y después de dejar atrás el último escalón nos encontráramos de repente en la terraza. Esto es así, porque las distintas historias individuales se entrecruzan para convertirse en el vino que más aprecia cada una de nosotros. ¡Salud! Si les da mucho vértigo, no sigan.
La historia que les voy a contar sucedió a finales de los 60’s.
Para Charles Mason estaba claro. El “Álbum Blanco” de los Beatles era la clave.
Éste, no solo acababa de convertirse en el mejor disco de los Beatles, sino que para la mente siniestra de Mason contenía un mensaje cifrado.  
Tal vez, Mason estuviera al tanto de los descubrimientos hechos por el pastor protestante Greenwald quien había adquirido la aficción de reproducir los temas de rock al revés.
Lo que Greenwald y Mason habían descubierto debió dejarlos petrificado. Aparentemente el mismísimo “Príncipe de las Tinieblas” se manifestaba a través de los discos de rock sin que nadie se diera cuenta.
Y es precisamente el “Álbum Blanco” de los Beatles el disco en el que, según afirma Greenwald, se encuentra uno de los primeros mensajes subliminales.
Escuchando al revés el estribillo de "Revolution 9" se oye, siempre según su versión, la siguiente frase: "Turn me on, dead man" ("ponme en marcha, hombre muerto")
La lista se completa con “Piggies”, “Helter Skeltner”, “Sexy Sadie”, “Blackbird” y “Happiness is a warm gun” del mismo álbum. 
En la canción "Revolution 9", donde John y Yoko dicen "right" (correcto), Manson cree escuchar "rise" (levantarse), una palabra que aparecerá repetidamente en la escena de sus crímenes.
Otras canciones del disco caen en su mente, tal cual líquido a su recipiente. “Piggies”, es para él una burla a los políticos y empresarios, así como la incitación a asesinarlos como cerdos; “Sexy Sadie” una suerte de himno para una de sus amantes, la joven Sadie Mae (Susan Atkins); “Blackbird”, una incitación al levantamiento de los negros; “Happiness is a warm gun”, una exhortación a la matanza y “Helter Skelter”, la metáfora de la decadencia de la sociedad.
No podemos culparlo solo a Mason, los Beatles hicieron lo suyo. Sino, ¿Cómo justificar la tapa del álbum “Sargent Pepper’s Lonely Heart Club Band” donde aparece el rostro de Aleister Crowley, conocido como “La Gran Bestia”?


¿Simple gracia, estrategia de marketing o mensaje satánico?¿Como hacerle entender a una mente enfermiza como la de Mason, que los Beatles no eran los cuatro jinetes del Apocalipsis, ni que sus canciones o las tapas de sus discos eran mensajes de Satán?
Lo cierto, es que un buen día, cuatro integrantes de “La Familia”, así les gustaba llamarse, entran a la casa de Roman Polanski y matan a todos sus ocupantes. Primero cortan los cables del teléfono para que la casa quedara incomunicada y luego asesinan a tiros a Steven Parent, un joven de dieciocho años que se estaba yendo de la mansión. Esconden el auto que conducía éste en unos arbustos y entran a la casa. “La Familia” inicia entonces la masacre.
Tras someter a todos los que están en la casa, asesinan primero a Abigail Anne Folger, una heredera rica de 25 años, a quien le cortan el cuello y la apuñalan en repetidas ocasiones.
Luego sigue Jay Sebring, peluquero amigo de Sharon Tate, a quien le dan cuatro puñaladas y dos balazos. Sigue Voytek Frykowski, quien lucha por su vida como una fiera, y aunque logra liberarse, cae al suelo entre culatazos, balazos y más de cincuenta puñaladas.
Para completar esa noche de odio y locura falta la hermosa Sharon Tate que, a pesar de estar embarazada y atada al cadáver de Jay Sebring, es vilmente asesinada de dieciocho puñaladas en el vientre.
Pero eso no es todo, Sadie Mae tiene todo el tiempo del mundo para escribir en la pared “Piggies” y en la puerta de una heladera “Helter Skeltner” con la sangre de Sharon Tate y su bebé.
Después de este relato siniestro uno no puede dejar de preguntarse, ¿cuándo una mente humana empieza a concebir la idea de matar a otro semejante?¿qué motivos la impulsan a cometer este tipo de crímenes?¿qué resortes son los que se activan para matar?
Sin duda, la mente de los humanos es muy compleja. 
¿Qué otros sentimientos puede generar “Sexy Sadie”? Una recomendación: escuchen el cover con auriculares.

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Me llamo Mario Alberto Taborda y soy el creador de este blog. Soy Bioquímico, especialista en Ensayos y Control de Métodos y Profesor Superior en Bioquímica. Vivo en Rosario (Argentina).